Barcelone, Casanova et la Tour de Sant Joan

Torre de San Juan, Convento de Sant Antoni i Santa Clara, dibujo de Eduard Gràcia, sin fecha, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona

Torre de San Juan, Convento de Sant Antoni i Santa Clara, dibujo de Eduard Gràcia, sin fecha, Arxiu Històric de la Ciutat de Barcelona

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Para cualquier investigación histórica el primer recurso al que acudir será, sin duda, la archivística y, a tales efectos, la estancia que nos relata Casanova en sus Memorias en la Torre de la Ciudadela durante cuarenta días, concretamente del día 16 de noviembre de 1768 al día 28 de diciembre posterior debe de ser el principal -si no, único- punto de partida para la investigación. Máxime si tenemos en cuenta la estricta y abundante burocracia que había impuesto el régimen borbónico, lo cual nos lleva a pensar que el paso por prisión de cualquier persona en la época, debía comportar bastante tramitación administrativa y, con ello, la conservación de algún documento archivado o como mínimo, alguna anotación en algún registro.

Han sido ya varios los intentos de encontrar alguno de estos documentos o anotaciones registrales del paso de Giacomo Casanova por la prisión barcelonesa. La única información que consta en sus Memorias es que fue trasladado a una ciudadela custodiada por soldados y, dentro de ella, ingresado en lo que aquí se conocía como «calabozo», en el interior de una torre.

Litografia del recinto de la Ciutadella, a la izquierda, la Torre de Sant Joan (Diputació de Barcelona)

Litografia del recinto de la Ciutadella, a la izquierda, la Torre de Sant Joan (Diputació de Barcelona)

Parece indiscutible que ésta debía ser la conocida en su época como la Torre de Sant Joan, de Santa Clara o, simplemente como Torre de la Ciudadela y que era una reliquia que se había conservado del antiguo convento de Santa Clara destruido en 1715 precisamente para la construcción de la ciudadela militar que Felipe V ordenó construir al este de la ciudad para sometimiento y vigilancia de los propios barceloneses (recordemos que el día 11 de septiembre del año anterior la ciudad, partidaria de la casa de los Austrias en la guerra de sucesión, había sucumbido al asedio de las tropas borbónicas).

 

Para algún historiador el convento fue destruido en su totalidad y esta Torre se construyó junto con el resto del recinto de la ciudadela. De hecho si apreciamos su forma circular, no parece dar la impresión de tratarse de la torre del campanario de un convento.

Una de las escasas fotografías de Barcelona en la que aún se puede apreciar la Torre de Sant Joan

Una de las escasas fotografías de Barcelona en la que aún se puede apreciar la Torre de Sant Joan

 

De cualquier forma, la torre quedaba aislada en el interior de la gran ciudadela, y fue utilizada como prisión militar, fue elevada en altura para hacer la función de torre de guaita y control, convirtiéndose en un símbolo de la victoria borbónica sobre los catalanes y un testimonio permanente de que la ciudad era constantemente vigilada. Para tal función el mariscal Jorge Próspero de Verboom, al diseñarla, abrió varias ventanas en ella, la elevó y construyó en lo alto una balaustrada y una cúpula de estilo barroco como remate.

Por ella pasaron, antes de su ejecución, los catalanes que con el tiempo se seguían sublevando a la ocupación borbónica, por eso era considerada como la Bastilla de los catalanes. No en balde Espartero, ante las peticiones de demolición, prometía reedificar los muros con los huesos de los barceloneses.

 

 

En el año 1868, justo un siglo tras el supuesto paso por ella de nuestro protagonista, el decreto de Prim, del 26 de noviembre de 1868, imponía

Grabado sobre el inicio de su derribo el día 26 noviembre 1868

Grabado sobre el inicio de su derribo el día 26 noviembre 1868

el derribo de la totalidad de la ciudadela. La torre de Sant Joan no fue, por supuesto, amnistiada, a diferencia del arsenal, la capilla y el palacio del gobernador que subsisten a día de hoy. Así, la siempre odiada por los barceloneses ciudadela fue cedida a la ciudad de Barcelona que inició inmediatamente su total demolición.

 

 

Durante su existencia sufrió algún que otro incendio y algún que otro asalto por los barceloneses.

 

 

 

 

 

Fuente: barcelofilia.blogspot

 

Pero, ¿ realmente pasó Casanova cuarenta y dos días en la Torre de Sant Joan?

 

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